Comentario
La población de Almagro tiene su origen en la musulmana Almagrib, una fortaleza ubicada en el camino que unía Córdoba con Toledo. La Reconquista hizo que la fortaleza y el pequeño núcleo de población anexo pasaran a depender de la poderosa Orden de Calatrava, siendo, como el resto de los dominios de la Orden, objeto de disputas con los sucesivos monarcas castellanos.
La producción de lana castellana convirtió a Almagro en una activa localidad durante la Baja Edad Media y la Edad moderna, lo que motivó que en ella se instalaran mercaderes y potentados como los Fugger alemanes. Estos, en concreto Jacob Fugger, fueron los resposanbles de la erección de uno de sus más significativos monumentos, la Capilla de San Salvador, edificada entre 1459 y 1525. Durante este periodo Almagro se convirtió en un activo centro productor y mercantil. Sin embargo, durante el reinado de Felipe II, la designación de la vecina Ciudad Real en 1691 como capital de la recién creada provincia de La Mancha o Campos de Calatrava desplazó a Almagro a un lugar secundario.
La localidad cuenta con un gran número de monumentos de gran interés, como el Palcio Maestral, en el que Alfonso X presidió Cortes en 1273; la Plaza Mayor, de 1372; el Convento de los Dominicos, que cuenta con un excelente claustro; la iglesia parroquial, construida entre 1524 y 1544; la Universidad de Santo Domingo, activa entre 1534 y 1824; o la Capilla del Rosario, fundada por Fernando Fernández de Córdoba.
Pero, por encima de todos, es preciso destacar su excelentemente conservado Corral de Comedias, del siglo XVI, declarado Monumento Nacional y una de las mejores muestras de la actividad cultural del Siglo de Oro, en el que estrenaron autores como Cervantes, Lope de Vega o Calderón de la Barca.